Jess es una niña de madre nigeriana y padre inglés, muy inteligente pero con problemas para socializar. En un viaje a ver a la familia de su madre conoce a otra niña de su edad, Titiola. y pronto se hacen amigas. Sin embargo pronto se ve que Jess es la única en ver a la niña y que parece tener poderes sobrenaturales.
Una vez de vuelta en Londres Jess volverá a ver a la niña. El comportamiento de Titiola y el de Jess cada vez se hacen más oscuros y preocupantes.
- Spoilers a partir de aquí -
La idea de la soledad de una niña que vive entre dos mundos está presente en toda la novela. No encaja bien en el colegio, aunque no es evidente está claro que sufre racismo, sufre por no ser del todo inglesa ni del todo nigeriana (no sabe hablar la lengua de su madre). Y la presencia de Titiola en vez de acercarla más a los demás parece que lucha por alejarla de todos, que se quede aún más sola.
La novela está narrada casi totalmente desde el punto de vista de Jess, cambiando solo unas pocas veces al de otros personajes (el padre, la madre y otra niña). Jess se convierte en un narrador no fiable, no sabes bien si creer que Titiola existe o está en la mente de la niña. Hay algo que me hace pensar que realmente si que existe y es un espíritu malvado, le cuenta a Jess la existencia de una hermana gemela que murió al nacer. También el abuelo parece reconocer a otro ser en el cuerpo de su nieta, parece saber qué problema la aflige aunque nunca llegue a ponerle nombre. Cuando va a buscar a una hechicera la madre de Jess se la lleva y poco después tienen un accidente. Lo único que puede hacer el abuelo de Jess es dejar una estatuilla dedicada a su hermana gemela para que la proteja mientras está en el hospital.